Un plan perfecto para pasar un domingo: ir a visitar El Palmar. Un trozo de tierra rodeado de agua, comunicado con tierra firme a través de un angosto puente y situado en medio de La Albufera.
Es una visita obligada si estás en Valencia. Tiene fama de preparar los mejores arroces de la zona, y es un destino típico para celebrar fechas importantes. En mi casa, cualquier excusa es buena: un aniversario, una reunión familiar, o como esta vez, para celebrar mi cumpleaños.
Por supuesto, es infaltable un paseo en barca por la laguna, si el tiempo lo permite. A nosotros nos hizo un día espléndido, que aprovechamos al máximo. Hay varios barqueros a vuestra disposición, nosotros simplemente paramos en el segundo que vimos, y que no tenía gente esperando.
Las barcas suelen tener bastante capacidad, unos veinte pasajeros, pero nosotros íbamos sólos con una familia de cuatro miembros. Un verdadero lujo. Encima, el barquero era simpatiquísimo y te va informando con detalle de todo lo que vas viendo durante el paseo y sobre la historia de la laguna.
El entorno es tan agradable que incluso hay quien lo elige para celebrar su boda: a estos felices novios les vitoreamos el Vivan los novios desde la barca. Un marco precioso para tan importante paso, desde luego les salió un día perfecto.
El paseo dura unos cuarenta minutos, y suele costar entre tres y cinco euros, dependiendo de cuanta gente sois. Durante el paseo, es posible ver aves y sobre todo, barracas que son la construcción típica valenciana y de las que aún quedan algunas originales en pie.
Nosotros, montamos en la barca sobre las doce y media, y de allí fuimos directos al restaurante. La oferta es amplísima: hay unos treinta en el pueblo que por cierto, es diminuto. Prácticamente hay uno cada dos casas. En todos os servirán estupendos arroces, pero nosotros fuimos a La Planta Azul, ya que hicimos una reserva a través de El Tenedor y nos hicieron un 30% de descuento, sin restricciones.
Aprovechamos y nos pedimos un estupendo arroz meloso de bogavante, y de entrada unas verduras en tempura con gambas y unos chipirones. Todo delicioso.
Para rebajar el atracón, nos dimos un paseo por el pueblito, con los campos de arroz a nuestros pies. En esta época están inundados, y el paisaje ofrece este aspecto.
En definitiva, un día redondo y apto para todos los públicos. Ideal para venir en grupo o con la familia.
Y hasta aquí mi propuesta de domingo. Hasta la próxima entrega.
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